Brosmind, un tándem de grandes universos y mundos de fantasía

Nacidos en un pueblito de Huesca en plenos años ’80, los hermanos Juan y Alejandro Mingarro derramaban tanta creatividad por aquel entonces, que el hastío no tenía cabida en sus vidas. Construían juguetes, grababan películas caseras de producción precaria con mucho humor y dibujaban historietas, por ejemplo. Bañados en entretenimiento infantil súper retro –videojuegos, Game Boys o cómics– llegaron al nuevo siglo esperando encontrarse con el prometido mundo futurista de fantásticos universos. Después del choque de realidad, cada uno se formó en disciplinas más clásicas, como la farmacia, hasta que descubrieron que el diseño era la herramienta que necesitaban para construir esos mundos por sí mismos y vivir de su creatividad.

Así, Juan, diseñador gráfico, y Alejandro, diseñador de producto, fundaron Brosmind, el estudio creativo que obedece fiel y precisamente a su nombre. Las mentes de estos dos hermanos han desarrollado tal ansia creativa desde pequeños y en compañía el uno del otro, que hoy en día no creen poder trabajar con nadie más. De hecho, el estudio lo forman ellos dos exclusivamente –y su madre, que en ocasiones es la única capaz de mediar entre ambos para resolver disputas creativas–.

Como buenos inventores, los trabajos que han realizado abarcan distintas naturalezas, medios, géneros y propósitos. Además de ilustraciones publicitarias, han realizado créditos interactivos para introducir a diversos ponentes en charlas, packaging de producto, murales, tablas de surf, etiquetas de botellas… Entre tanta variedad, suelen colar desvaríos creativos que hacen por puro placer y en espera de que algún cliente se atreva a sumarse lo divertido del absurdo. Por ejemplo, juguetes inventados, radio-teatro en vinilos blancos, esculturas o incluso su increíble Controller, un armatoste de Legos y microchips que se usa como manga de súper héroe y sirve para pasar diapositivas, introducir efectos de sonido en directo (tiene un teclado incorporado) y dirigir a un personajito mediante un joystick durante sus charlas. Simplemente admirable.

La sintonía de los Brosmind bascula constantemente en torno al humor como lenguaje aplicado en ilustraciones y diseños siempre optimistas, alegres, muy coloridos y curvilíneos. El tipo de humor que buscan es uno improvisado y muy natural que sirva para producir una sonrisa –o más bien, risita– en quien recibe el mensaje, haciendo que comunicarlo sea algo divertido, atractivo y cercano.

Aunque inicialmente nacieron como estudio de diseño, la desesperación que les causaban los procesos y tiempos habituales del sector por llegar a la pieza final les llevó a convertirse, más bien, en un estudio multidisciplinar de dos hermanos que se retroalimentan mutuamente y no necesitan de nada más para crear casi sin límites.
Y en estos grandes universos y mundos de fantasía es donde estos hermanos resuelven situaciones comunicativas y conceptuales con humor, diversión y un toque de surrealismo recóndito.

+info en www.brosmind.com