Susana Blasco, experimentar con la nostalgia

Susana Blasco estará del 10 al 13 de mayo en Madrid en el marco de las jornadas de Procesos Creativos para impartir una masterclass, un Behance portfolio review y un taller: Más info

Susana Blasco es diseñadora gráfica, ilustradora, directora de arte y collagista. Durante más de diez años ha trabajado en distintos estudios y agencias de publicidad como diseñadora gráfica y directora de arte. Zaragozana de nacimiento, ha vivido en Londres y Berlín hasta asentarse definitivamente en Bilbao, desde donde continúa como freelance.

Su relación con los collages comenzó en Londres, tras asistir a una exposición en la galería Whitechapel del artista conceptual británico John Stezaker. Ahí se eclipsó, haciendo que esta disciplina le pareciese interesante, acercándose por primera vez a la tijera, el papel y los objetos. A partir de ahí empezó a pasear por mercados callejeros donde consiguió gran cantidad de fotografías antiguas y abandonadas que pasaban desapercibidas para el resto pero que despertaron un instinto especial en Blanco; fotografías en blanco y negro, desde tintypes a cabinetcards pasando por álbumes familiares completos. Fotos que ella rescató del olvido, que formaban parte de una historia y que ahora resucitan para contar otra totalmente distinta.

Cajas y cajas llenas de fotografías, conforman un archivo considerable que extiende sobre una mesa par observar sus posibilidades. Entonces comienza su juego, la experimentación, que para ella es su modo de expresión artística.

Siempre usa fotografías originales, fusionando lo viejo y lo nuevo. Así consigue su estilo propio; collages de tono surrealista, nostálgico y con una clara preferencia por las formas geométricas. Generalmente los objetos que decide usar se le aparecen en el mismo momento y empieza a probar encima de diferentes fotos hasta que encuentra una con la que salta la chispa. Su rutina artística es un constante work in progress.

Su serie Antihéroes, es uno de sus trabajos más conocidos. Un proyecto que empezó en 2012, de forma totalmente casual, como parte también de ese juego experimental que la caracteriza. Abrazando el humor absurdo, sus antihéroes surgen a raíz de la fusión con objetos insignificantes y cotidianos, dotándolos de un punto cómico con superpoderes más que cuestionables. En cierta manera, el proyecto se convirtió en algo colectivo, ya que sus seguidores en redes sociales empezaron a interactuar con los personajes, inventándose nombres y desarrollando historias.

Recientemente, uno de sus trabajos más actuales es una contundente obra que pretende denunciar la situación que viven los refugiados sirios, desamparados ante la pasividad de los gobiernos. Mostrando su situación desde ese tono sepia impregnado de nostalgia tan característico en sus proyectos.

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