Un fotógrafo de paisajes habla sobre puercoespines, equipos a prueba de agua y el desafío máximo que puso a prueba a hasta un experto
Por Ian MacLellan PUBLICADO EL 11-07-2018
Ian MacLellan es un fotógrafo de aventura y de paisajes. 99U estuvo conversando con MacLellan sobre la anécdota de la fotografía que hizo sentir miedo a un escalador experimentado y sobre las lecciones que aprendió en el viaje.
Tres escaladores, que yo casi ni conocía, organizaron este viaje al Norte de Quebec. Eligieron el lugar explorando Google Earth, intentando encontrar acantilados que nadie había escalado. Este acantilado (lo llamaron King Wall) les pareció épico y estaba intacto: justo lo que querían encontrar. Manejamos durante 15 horas desde New Hampshire hasta un hidroavión que nos llevó hasta el río Moisie. Como fotógrafo, fue emocionante subirme a ese avión y ver los acantilados que nos atreveríamos a escalar. Hay solo un puente para cruzar el río en todo su recorrido hasta que se encuentra con el mar. No hay líneas eléctricas, ni vías de ferrocarril, ni caminos ni automóviles. Nadie vive allí.
No había nadie que nos pudiera dejar exactamente donde queríamos escalar, así que viajamos durante días en canoa. El Moisie tiene muchos rápidos, y partes complicadas y peligrosas. Esta foto es del día en que llegamos a los acantilados. Es una foto de reconocimiento tomada desde una canoa. Los chicos de la otra canoa los señalaban, tratando de descubrir la mejor manera de trepar.
Puedes ampliar el zoom de las fotos de Google Earth todo lo que quieras, pero al estar allí se ven infinitamente más desafiantes. Me había caído haciendo escalada en roca y roto una costilla o dos unos años antes de este viaje. Después de la caída, tenía más conocimiento de la seguridad y el riesgo. En el momento en que se tomó esta foto, yo sentía miedo. Estos chicos eran mejores escaladores que yo. Tenían más edad, y eran más sensatos y más inteligentes. Yo tengo experiencia, pero no soy excepcional. Por ser la persona más joven del grupo (tenía 24), me sentía fuera de mi elemento. Como fotógrafo, es un desafío. Llevas la misma cantidad de cosas que los otros, si no más. Todos los demás son atletas experimentados y se siente la presión de tener que estar a su altura.
Esta era una de las primeras grandes expediciones que había emprendido sin mis amigos. El desafío de tener que estar a la altura de las aptitudes de escalada de los demás es donde verdaderamente yacía el miedo. Estaba mucho más pendiente de si me quedaba atrás o de cuando mis habilidades podían no estar a la altura de las de todo el equipo.
Creo que el nerviosismo hizo que se me cayera la cámara. Un día, estábamos escalando y yo tratando de moverme demasiado rápido. Es como en la secundaria: estás en un equipo de deportes y eres el principiante que trata de mantener el ritmo de los mayores. Tenía miedo y me sentía demasiado observado. Entonces se me cayó una de las cámaras.
Nos pasamos todo el día buscando la cámara porque todavía tenía la mitad de las fotos del viaje. La encontramos y la tarjeta SD todavía estaba bien, así que las fotos sobrevivieron.
Aprendí la lección: llevar siempre dos de todo. Siempre es mejor tener reservas aunque haya que llevar más peso; baterías, tarjetas SD, bolsos extra. Tenía dos cámaras DSLR de sensor completo. Y como si esto fuera poco, a los puercoespines parece que les encanta comerse todo lo que encuentran. Se comieron algunas de las bolsas que protegían los equipos del agua. Luego, rompí uno de los soportes a prueba de agua de las cámaras. Por suerte, recuerda, una de ellas se había caído de un acantilado y dejó de funcionar, por lo que en verdad no la necesitaba. Fue una verdadera prueba. Un dato importante es que, cuando estás en la secundaria, los chicos más grandes no son más experimentados, solo piensas que lo son.
Ahora, en mi vida cotidiana, soy súper organizado y llevo siempre repuestos para cada cosa. Por ejemplo, voy a una sesión de tomas estroboscópicas con dos o tres conjuntos de disparadores de flash inalámbricos, en lugar de uno que funcione el 99.9 % de las veces. La fotografía de aventura te prepara: lleva extra de todo lo que puedas necesitar.