5 Preguntas y tres cuartos
Leticia Valverdes
Lugar de residencia actual: Bristol, Reino Unido
País de origen: Brasil
¿Cómo te describes a ti misma y a tu trabajo?
Diría que soy un ser humano enamorado de otros seres humanos. Me siento atraída por las historias de vida de otras personas. A través del documental fotográfico y los proyectos personales, la fotografía siempre me ha permitido interactuar con personas y, a través de esto, darle sentido a mi propia historia. No intento ser “invisible”, ya que no creo que sea posible entrar en una situación de la vida de una persona con una cámara y no transformarse de alguna manera en esa realidad. Por eso, mis imágenes son, en gran parte, una consecuencia de mis encuentros con los sujetos: solamente un pequeño registro de lo que sucedió. Esto es particularmente así en lo que respecta a mis proyectos personales; juntos nos transformamos y jugamos, lloramos y reímos. Pero también existe un espacio para el silencio y la reflexión.
Algunos de mis proyectos personales tienen que ver con la persona en los espacios públicos, mientras que otros exploran el espacio privado e íntimo de un individuo. En ambos casos, los espejos, los objetos, los paseos y la ropa son algunos de los materiales que elijo cuando busco emociones y subjetividad, cuando busco al ser. Para mi ser. Me concentro en ideas simples pero universales que pueden significar mucho para las personas, mi trabajo, público o privado, pretende tocar nociones como la identidad, la pertenencia, la memoria y los sueños; espera profundizar en qué significa ser un individuo en nuestros tiempos, en el Reino Unido, en Brasil, o donde sea.
¿Cómo comenzaste?
La curiosidad y la pasión por contar historias fueron mis primeros motores. Estudié bellas artes y fotografía en Londres a fines de los 90. Me interesaba el arte en vivo. Sin embargo, a mitad de camino de terminar el curso, descubrí el departamento de fotografía, con sus hermosos estudios y salas de revelado a la antigua. Puedo decir que dediqué la mayor parte del tiempo que quedaba de mi curso por lo menos dos años sumergida en la luz roja y con olor a vapores químicos. Me encanta haber aprendido fotografía en la era analógica. Luego, conseguí una pequeña beca y pedí prestada una Pentax K1000 de la universidad para volver a Brasil y fotografiar niñas en la calle, una realidad con la que me había criado, ya que tener niños en la calle es un problema que data de décadas en mi país. Sin embargo, me apasionaba contar sus historias de una manera diferente, no como una fotoperiodista convencional que toma fotos en blanco y negro de su pobreza. Inspirada por ellas, terminé haciendo algo que no podían hacer libremente, dado que vivían en zonas tan difíciles, que se veían obligadas a mantener un aspecto masculino para ocultarse de la atracción de los hombres: exploramos su femineidad. Ese trabajo, que comenzó tan orgánicamente y con equipos tan básicos, se transformó en un libro con una exhibición itinerante y ganó premios como el Ian Parry Award. También recibí mi primera cámara decente de Nikon UK y me enviaron a viajar por el mundo como fotoperiodista para Sunday Times Magazine y otras publicaciones británicas e internacionales. En esos primeros años, todavía trabajaba con película y recuerdo volver a casa con una leve sensación de miedo por no saber con certeza si tenía las cinco a diez fotos impactantes que necesitaba para una buena nota periodística.
¿Qué trabajo te representa mejor y por qué?
Es una buena pregunta, porque el trabajo que estoy haciendo en el momento siempre es el que mejor representa a mi yo actual. Como fotoperiodista, estar con las tribus amazónicas me conmovió mucho. Pero cada proyecto especial es un reflejo de quién soy y, en especial, de quién era en ese momento. Uso la fotografía para comprender y dar sentido a las etapas por las que paso, a la vez que invito a los sujetos que elijo a que hagan lo mismo. Así que he explorado mi femineidad con las chicas de la calle de Brasil como una manera de explorar la mía propia (Brazilian Street Girls). He trabajado con grupos de personas que buscan asilo, invitándolas a cruzar límites invisibles de la gran ciudad, mientras yo misma trataba de negociar cuáles eran esos límites para mí como extranjera en una metrópoli desconocida (London Real Postcards). Exploro con otras madres las marcas que nos ha dejado la maternidad (Birth Marks). Al invitar a las mujeres a que vuelvan a usar una vieja prenda que usaron una vez hace décadas (The Wedding Dress), tengo un vislumbre de lo que me puede esperar al envejecer. Pero también miro al pasado, estoy investigando la línea femenina de mi familia para mi proyecto sobre mi abuela portuguesa (Dear Ana).
¿En qué estás trabajando actualmente?
La vida es intensa cuando eres mamá de tres niños y trabajas. Pero siempre tengo algunos proyectos en proceso, no sé cómo se haría de otra manera. Así que mi trabajo personal actual es sobre mi abuela; comenzó con una residencia patrocinada por Fuji en Portugal este año. Ana, mi abuela, llegó a Brasil siendo una niña y nunca volvió a su tierra natal. En sus últimos años con la enfermedad de Alzheimer, ella creía que tenía amigos en el lugar donde nació, así que fui a buscar a esos amigos imaginarios para invitarlos a que le escriban una postal. El trabajo ha sido transformador en un nivel muy personal e incluso he descubierto parientes que ni sabía que tenía.
Profesionalmente, ya no puedo viajar como fotoperiodista durante largos períodos como antes. Así que tiendo a hacer más trabajo editorial en el Reino Unido. También trabajo como asociada artística en una excelente organización llamada All Change Arts. Juntos, creamos proyectos artísticos de participación con diversos grupos, que abarcan desde madres jóvenes hasta personas mayores. Asocian diferentes géneros de artistas para que podamos crear juntos trabajo multimedia sin negociar los valores de producción. Por ejemplo, actualmente estoy trabajando con un poeta actor en un proyecto y con bailarines de una compañía de danzas reconocida en otro. Este enfoque que incluye distintos géneros ha sido muy estimulante tanto para los participantes como para los artistas.
También estoy llevando a cabo trabajo de estudio relacionado con las mujeres y la percepción de sí mismas junto a otra fotógrafa, Mireya Gonzales.
¿Qué tres cosas has aprendido que deberían saber los jóvenes creativos?
Todavía estoy aprendiendo sobre todo, pero si tuviera que hacer sugerencias, serían:
En los proyectos personales e incluso comerciales, que sigan su corazón e intuición. Al final, lo genuino de cada trabajo siempre sale a la luz. Parece un cliché, pero veo a tantos jóvenes creativos que intentan racionalizar su enfoque para adaptarlo a lo que piensan que quiere el mercado curadores, agencias, etc. Sé que todos queremos que nuestro trabajo sea viable desde la perspectiva comercial, pero esto produce una homogeneización exagerada de las imágenes en las redes sociales; los trabajos lucen y se sienten como el de cualquier otro usuario de Instagram.
No trabajen gratis; esto es un problema muy frecuente con los fotógrafos apasionados.
Avancen siempre en la técnica, pero después olvídense un poco de eso, ya que puede interferir en una buena interacción humana.
5¼. ¿Color favorito? Violeta, y algunos otros.
5½. ¿Sitio web favorito? https://www.thecanary.co/.
5¾. ¿Algo que te molesta mucho? Cuando los niños no paran de pedir cosas y yo intento terminar ese último correo para un cliente.
12 de diciembre de 2017
Retrato de Leticia Valverdes: Mireya Gonzalez
Todas las demás fotos: Leticia Valverdes